Habitación de Antonio I y Mariana



Fue la recámara de los emperadores Antonio I y Mariana de Quito, desde que la familia se mudó al Deán en 1831 hasta que ambos fallecieron en 1854 y 1861 respectivamente. Es la única habitación que posee baño propio y budoir (tocador), por lo que es considerada la más lujosa del recinto palaciego, pues aquellas instalaciones eran poco comunes en las casas de la época, más aún en una recámara.

 

La mayor parte de muebles, ricamente labrados y taraceados, fueron encargados junto a los de las demás habitaciones de la época al Taller de Quito, en el convento de San Francisco. Los espaldares de las camas lucen los emblemas de las casas de Sucre y de Carcelén; mientras que las dos butacas pertenecen al lote adquirido posteriormente por la princesa María Teresa para su habitación.

 

Las paredes lucen retratos pequeños de los padres de ambos monarcas, cada uno de su lado de la habitación, mientras que una Virgen con el niño en brazos, obra de la Escuela Quiteña del siglo XVIII, corona las camas.