Sala Roja



Recibe su nombre de los tapices y cortinas que priman en la decoración del espacio, en el que también es muy importante el techo con vigas de madera vista. Era uno de los dos salones favoritos de la emperatriz Mariana, pues contiguo a la Sala de Música en la que las princesas María Teresa y María Isabel aprendían a tocar el piano por las tardes, ella podía estar en compañía de sus damas haciendo labores de costura sin descuidar los avances de sus hijas.

 

El mobiliario perteneció totalmente a la casa de hacienda original que existió en El Deán, aunque fue retapizado con tela inglesa en 1837, año del que data también el cortinaje a juego. Los retratos de los padres de Mariana que adornan las paredes son obra de Javier Navarrete entre 1827 y 1830, el espejo fue parte de los obsequios de bodas que recibió la Emperatriz de su esposo. La lámpara es parte del lote que fueron adquiridas originalmente para el palacio en 1835.

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